SANTA MARÍA REINA
¡Salve, Reina caelorum; Reina caeli, laetare!
La piedad del medievo fue la que comenzó en Occidente a saludar con el título de Reina a la Santísima Virgen Madre de Dios, invocándola con las palabras:
Salve, Reina caelorum; Reina caeli, laetare. Dios
todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu
Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la
gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por nuestro Señor
Jesucristo. La piedad del medievo fue la que comenzó en Occidente a saludar con el título de Reina a la Santísima Virgen Madre de Dios, invocándola con las palabras:
Amén
Dios todopoderoso, que nos has dado como
Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que,
protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el
reino de los cielos.Reina dignísima del mundo, María Virgen perpetua,
intercede por nuestra paz y salud, tú que engendraste a Cristo Señor,
Salvador de todos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Amén
Oh, Santa María, Reina, Vos,
sois, la Madre de Cristo, Señor
y Dios Nuestro, porque así, lo
quiso Dios Padre, Creador del
Universo. Mujer de sol vestida,
llena de gracia y entre todas
las mujeres bendita. Brindasteis
Vos, vuestra humanidad a Jesús,
y Dios Padre, Su amor Divino.
sois, la Madre de Cristo, Señor
y Dios Nuestro, porque así, lo
quiso Dios Padre, Creador del
Universo. Mujer de sol vestida,
llena de gracia y entre todas
las mujeres bendita. Brindasteis
Vos, vuestra humanidad a Jesús,
y Dios Padre, Su amor Divino.
Madre del “Rey de reyes y Señor
de señores”. Salve, Reina caelorum;
Reina caeli, laetare. Dios todopoderoso,
que nos has dado como Madre
y como Reina a la Madre de tu
Unigénito, concédenos que,
protegidos por su intercesión,
alcancemos la gloria de tus hijos
en el reino de los cielos. Por
nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Nueva Eva, al nuevo Adán, os
asociasteis, y seguís cooperando
en la obra redentora del hombre,
compartiendo, la vida y el amor
de Cristo Dios y Señor Nuestro;
Oh, María Reina, Madre de Dios.
© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
¡Salve, Reina caelorum; Reina caeli, laetare!
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